Las metrópolis, ciudades o localidades poseen antes de cualquier cosa una plaza. Dicha plaza venera la historia de la ciudad en la cual asienta sus bases, su memoria y su desarrollo. Además de ser punto de encuentro y unión donde generalmente se celebran las fiestas, se hace presencial su cultura y ponen en práctica sus costumbres.
Si la plaza esta fracturada, descuidada y abandonada ya se podrán imaginar el resto… ¡Las plazas son el alma de la ciudad!
Luego de esta pieza primordial e indispensable para cualquier localidad así sea la más rural, vienen muchas otros lugares típicos que desean este segundo puesto, aunque la batalla por la misma sea campal y no se determina cual es el merecedor absoluto de esta posición sin duda los parque sobre todo en las metrópolis grandes o capitales son muy fuertes candidatos.
Los parques en su mayoría colman a la ciudad de belleza, historia, naturaleza, recreación, pasajes, fuentes y tranquilidad; esto fue lo que en el centro de Lima se logró recuperar.
Tratándose de nada más y nada menos que el Histórico Parque de los Museos el cual recobró su esplendor con gran fuerza, adquiriendo de este modo, connotaciones modernas que le otorgan renovación, frescura y hermosura.
Este parque histórico está situado en la Av. Garcilaso de la Vega y el Paseo Colón, reconocible fácilmente en el día por sus nuevos pasajes de veredas y aéreas naturales así como también perceptible al caer la noche, por su extravagante y moderna iluminación compuesta por un juego armónico de luces LED.
La intensión extravagante de las potentes luces LED fue primordialmente para llamar la atención de este hermoso parque en la noche, rendirle el homenaje que se merece y por supuesto para reforzar la seguridad.
Después de 8 largos años de abandono y cohibición hacia el público por sus altos muros vetustos, el parque recibió un bien merecido cariño por parte de la municipalidad de Lima, cariño de espacio público que generó un costo de inversión de 450 mil soles y llevo 2 meses de arduo trabajo.
Esto como bien se mencionó, trajo consigo la rehabilitación de 6 kilómetros cuadrados de aéreas naturales y perfeccionado su sistema de riego, generando también poco menos de 650 metros cuadrados de caminos debidamente pintados y demarcados, para el bienestar visual y peatonal del visitante.
A pesar de estas agradables modificaciones y desempolves notorios, las instalaciones de las luces LED fueron los protagonistas de esta inversión, abarcando hasta el 70% del presupuesto por su compra, Sin embargo las luces al estilo colonial permanecen para no desprendernos de la calidez de su presencia.
Aquí no acaban las buenas noticias para el tan histórico parque de los museos, puesto que uno de los atractivos más pronunciados del parque ha sido su fuente de agua del Dios Neptuno, que volvió a funcionar gracias al cambio de las bombas de agua. Ésta fuente se encuentra situada en la parte posterior al Centro de Estudios Histórico Militares.
Las labores no acaban allí, la remodelación integral de la fuente junto a su diseño será efectuada próximamente por la dirección del Ministerio de Cultura y Pro Lima.
¡Todo este proceso de restauración sin duda resultó una gran iniciativa!
Una metrópolis, ciudad o localidad debe componerse no sólo de un rasgo positivo en particular sino que debe poseer una integridad de rasgos o características las cuales funcionen, coaccionen, se mezclen e interactúen de manera equilibrada y armónica.
Esta composición inmiscuye rasgos o características como historia, belleza, funcionalidad, limpieza, recreación, espacios patrimoniales, naturaleza, señalizaciones, seguridad, prevención, educación, ecología, reciclaje, modernización, sistemas de desagües, sistema de electricidad y sistema vial, entre otros.
Todos y cada uno de estos rasgos se debe tratar como se merecen, tal y como los peruanos se merecen.
La efectividad, progreso, seguridad y esplendor de cada uno de estos rasgos hablan mucho sobre sus habitantes y gobierno, ya que nuestra ciudad es nuestra casa, debemos mantenerla como se debe y estar unidos para ello.