Efraín Valles Morales considerado como el mejor guía turístico del mundo es nativo del Perú. Así lo reseña una conocida revista inglesa, la cual lo consideró como el mejor guía de turismo del mundo de un total de 2,200 aspirantes. La semblanza de Valles Morales se distingue por la lucha contra la desventura. Tuvo una infancia algo difícil, ya que su desarrollo fue sin sus progenitores. Vivía de la venta callejera. Pero venció las adversidades que la vida le puso como escoyo.
Este humilde peruano se encuentra parado en la sala del The Royal National Geographical Society, institución británica que desarrolla la ciencia geográfica. El día veintiuno de octubre a las Siete y treinta de la noche aproximadamente en Londres y la una y treinta de la tarde en Perú. Hora cuando Valles recibe con gran emoción el galardón de “Mejor Guía Turístico del Mundo”.
Cuando la revista inglesa Wanderlust menciona su nombre para hacerle entrega de tan prestigioso premio, su mente se da un pequeña pero significativa escabullida al pasado, repasando su vida cual royo de una película de manera muy rápida y se remonta al año 1973, cuando solo tenía 7 años. Su padre falleció y su madre lo abandonó y se marchó a la capital Lima con sus tres hermanos menores. De esa etapa, Efraín no comenta mucho. Afortunadamente sus heridas emocionales las ha curado y en la actualidad se lleva bien con su madre biológica.
Efraín nos cuenta que en una oportunidad volvió a su casa y no había nadie. Su madre se había ido a Lima con sus hermanos.
Fue una prueba muy fuerte para su corta edad, donde hubo días de hambre y frío. Vendía barajitas por las calles de Cusco. Luego consiguió alojamiento en un orfanato llamado La Casita y alimentación en la clínica San José donde lo acogieron.
Salió de las calles gracias a una mujer norteamericana que regía la Fundación Chicuchas Wasi (casa de niños). Lo llevó a La Casita, que hoy día ayuda a niñas en situación de orfandad.
En Chicuchas Wasi encontró a una madre sustituta: Ruth Uribe Vargas, quien lo cuidaba, alimentaba y veló por su educación en el colegio Didascalio de Yucay (Urubamba). Luego preparó sus estudios en turismo en el Instituto Tecnológico Túpac Amaru. De ahí egresó como guía de turismo. Efraín ha dado a conocer los atractivos de Cusco a miles de visitantes, transmitiéndoles la emoción que le producen sus paisajes y el orgullo por sus raíces incaicas durante los últimos catorce años.
“El gran esfuerzo de Efraín es sin duda alguna una historia hermosa y de mucha moraleja. Al parecer el ganador del premio puede hacerlo todo. Con una infancia muy difícil, creciendo como un chico de la calle en el Cusco, sobresalió”, dice el jurado con mucha emoción reflejada en los ojos de cada miembro.
Efraín destaca que el reconocimiento otorgado por la revista inglesa, es un premio a su constancia. “Siento una alegría inmensa en mi corazón. Es una lección por aprender. Nada es imposible, nada te debe detener”.
Cabe destacar que en su trabajo acompañó a varias personalidades: la princesa Beatriz Isabel María de Inglaterra, al duque de Alemania, al presidente del Banco Mundial, JimYong Kim, entre otros personajes.
Valles señala con orgullo. “Sentí una emoción inmensa (al recibir el premio), pensar en mi patria, mi tierra y mi familia”.
Fue elegido entre 2. 200 guías profesionales en el mundo. En la que se destacaron cuatro finalistas. Además del peruano, Bunyong Roeurn (Camboya), Charlie Jaques (Reino Unido) y Lewis Mangaba (Tanzania).
Su petición por los usuarios y clientes de sus servicios. Tomando en cuenta testimonios y experiencia.
Efraín es un guía de turismo «freelance». Asiste al llamado de las agencias turísticas. “Yo me siento orgulloso de mi tierra y quiero que mis guiados disfruten de las maravillas de ella”.
Cuando Efraín está a cargo de un grupo, siempre propone cambiar los horarios establecidos por los operadores de turismo. Adelanta en un par de horas el ingreso a los complejos arqueológicos para “evitar tumultos”. Agrandándole esa idea a los turistas para disfrutar mejor del recorrido.
Con el Galardón Efraín apoyará al que antes fue su refugio y ahora colegio para niñas Chicuchas Wasi. Se trata de 5 mil 500 dólares que servirán para implementar los servicios que presta dicha institución autofinanciada.
Valles agradeció a Ruth y todos los promotores de la institución por ayudar a los menores. “Si hubiera alguna entidad o persona que puedan dar una mano y colaborar con la entidad será bien recibida, porque muchos niños como lo fui yo necesitan ayuda”, señaló.
Muy lejos del resentimiento Efraín señala que ha vuelto a encontrarse con su madre biológica hace algunos años atrás. “Tengo comunicación con ella y mis hermanos que viven en Lima. Es mi madre y la quiero”.
Está casado con Sonia Aldaz Aguirre con el cual posee tres hijos: Johana, Erick y Joshua. “Es un padre muy especial, juega con ellos y les damos todo lo que necesitan. Yo siempre aprendo muchas cosas de él, lo importante es ser buenas personas”, dice su compañera de vida Sonia.